Los discos o unidades SSD se han convertido en poco tiempo en un elemento hardware de lo más importante en un PC.
Tanto si vas a comprar un portátil o sobremesa nuevo como si estás en proceso de actualizar el que ya tienes para conseguir un arranque más rápido y que todo funcione mucho más fluido, escoger el mejor SSD es un proceso que requiere conocer qué es un SSD, cómo funciona, los diferentes tipos de SSD que podemos encontrar y lo que debemos mirar antes de comprar uno.
¿Qué es un disco SSD y en qué se diferencia de un disco duro clásico?
SSD (Solid State Drive en inglés) es un tipo de memoria de almacenamiento masivo utilizado para el almacenamiento de datos en nuestros ordenadores. Hasta hace poco, ese papel lo desempeñaban únicamente los discos duros tradicionales (HDD), pero gracias al desarrollo dinámico de las tecnologías informáticas con el tiempo se llegó a entender que esa tecnología antigua no cumplía las necesidades actuales.
Los discos HDD tradicionales almacenan los datos en discos (platos) empleando un cabezal móvil para el registro. De una manera rápida podremos decir que cada vez que queramos acceder a nuestros datos, el cabezal se desplaza por la superficie del disco giratorio para encontrar los datos que nos interesan. Un disco duro estándar es capaz de realizar acerca de 100 operaciones de lectura y registro por segundo (IOPS) y tarda hasta 15 milisegundos en acceder a los datos.
El disco SSD, cuenta con una memoria NAND Flash permitiendo realizar hasta 100.000 operaciones de lectura y registro por segundo. Al mismo tiempo, esto reduce más de 100 veces el tiempo necesario para acceder a los datos (hasta 0.1 milisegundo).
Las diferencias estructurales se traducen en una serie de ventajas adicionales. La ausencia de piezas móviles en el SSD hace que el disco sea mucho más resistente a los impactos físicos, lo cual permite minimizar el riesgo de pérdida de los datos en caso de choque o caída. También los discos SSD se caracterizan por su eficiencia energética, lo cual resulta en la prolongación del tiempo de trabajo con la batería del portátil.
Otra ventaja del uso de la memoria flash es la posibilidad de reducir sustancialmente el tamaño físico del disco con respecto al formato tradicional 2,5”. Gracias a la flexibilidad de distribución de los componentes, la superficie del disco SSD puede ser incluso en 90% más pequeña de la del disco tradicional.
Formatos de SSD, ¿Mi portátil es compatible?
El formato más utilizado es el estándar de 2,5 pulgadas. También hay un factor de forma más reciente que está ganando popularidad: el estándar M.2. Se debe comprobar qué tipo de unidad utiliza el portátil o sobremesa, normalmente el formato más común es el M.2 2280. Por lo general, si se trata de un portátil es muy probable que tengas como mínimo capacidad para instalar un SSD de 2.5 pulgadas.


Rendimiento del SSD
Los SSD son tan rápidos que la interfaz SATA III se queda pequeña para el potencial que tienen, a raíz de esta necesidad nace el protocolo NVMe o Non-Volatile Memory express o PCIe. Existen unidades con formato M.2 que utilizan la interfaz SATA, y otras que usan la interfaz NVMe o PCIe. Las unidades SSD M.2 SATA y M.2 NVMe solo se diferencian externamente por un pequeño detalle: las muescas en el conector. Mientras que las M.2 NVMe solo tienen una muesca en su conector, las unidades M.2 SATA tienen dos muescas.

Los discos con formato SATA III estándar sólo admiten una velocidad máxima de transferencia de 600MB/s. En cambio, los M.2 que utilizan PCIe son las unidades más rápidas actualmente en almacenamiento sólido de consumo. Utilizan la interfaz nativa PCI-e para disparar su rendimiento hasta un máximo teórico que llega a multiplicar por cinco el de las unidades de estado sólido conectadas a SATA. Aunque en sus inicios su precio era muy caro para el gran consumo, las distancias frente a SATA se han reduciendo considerablemente y esto se traduce en que sea la opción apropiada para el almacenamiento.
Resistencia, ¿Cuánto me durará mi unidad?
La vida útil del disco, el parámetro más importante para muchos usuarios, se indica con los terabytes totales escritos (TBW) y en años. Esto va ligado al tipo de memoria NAND flash utilizada. En la actualidad, las más utilizadas en los SSD son las de tecnología TLC (Triple-Level-Cell) y MLC (Multi-Level-Cell) y QLC (Quad-Level Cell).
Las memorias TLC ofrecen el rendimiento y la fiabilidad que necesita cualquier usuario medio. Los usuarios más exigentes, que requieren más estabilidad y rendimiento de trabajo de su SSD, deberían fijarse en discos con memorias MLC, la cual supera a su competidora a nivel de rendimiento y fiabilidad. Obviamente como hemos comentado anteriormente, una unidad con memoria QLC tendrá menos durabilidad que una con MLC, eso sumado a su gran caída de las lecturas secuenciales, llegando a ser peor que un HDD.
En general, a menos que quieras tú SSD para montar un servidor o en algún otro escenario en el que se esté escribiendo casi constantemente, todas las unidades de hoy en día están clasificadas con suficiente resistencia para funcionar durante al menos 3-5 años.
Conclusiones acerca de que SSD elegir
¿Eres un usuario “normal” el cual busca un SSD para agilizar su sistema operativo y sus juegos preferidos?
Entonces, lo más acertado para tu uso sería elegir un disco con formato 2.5 pulgadas SATA III de 250 o 500 GB, no tendrás ningún problema en cuanto a rendimiento y reducirás los tiempos de carga de tus programas y juegos favoritos.
¿Eres un usuario “más exigente” el cual busca una unidad para edición o tareas muy pesadas?
En ese caso, lo mejor sería un SSD formato M.2 NVMe sobre los 500GB como mínimo, el cual te va a permitir la máxima velocidad posible y tus proyectos no se verán ralentizados.
¡No dudes en consultarnos para poder ayudarte en la elección correcta según tus necesidades!